Claridad Imagen Libro y luz

Episodio 1 – Claridad

Imagínate, experimentando la sensación de certeza, de seguridad, como

cuando sabes hacia dónde vas, hacia donde dirigirte. Piensa por un momento,

que la tienes clara, y te dices a ti misma; bueno, hoy yo sé quién soy,

comprendo mi pasado, mis raíces, sus influencias en mí y la responsabilidad

del efecto que permití en mí hasta ahora. Me asumo valiente por hacerme

cargo. Ya solté el rol de juez y culpador crónico, me siento tranquila, perdono a

los demás y me perdono a mí misma. Tipo evaluándote.

Y sigues: Yo Hoy estoy consciente de mi tesoro, de mis dones, de mis

habilidades y de cómo disfrutarlo sin ahogarme en el ego.

En una onda de aceptación, donde dejas entrar el merecimiento a tu vida,

porque te estimas, te aprecias y te das cuenta de que por más fallas que

tengas y que estas consciente que tienes que reparar y sanar, por el mayor

bien de tu ser, sabes que hay algo más, que ese nivel elevado de consciencia

no solo te beneficia a ti, sino también a la humanidad, porque vas a proyectar

hacia afuera la abundancia que reconoces dentro de ti. Entonces,

inconscientemente vas a parecer un farolito dando luz a la vida de otros. Y no

se trata de que tengas que andar coacheando a la gente porque ya te las

sabes todas más una, pero si puedes compartir tu crecimiento desde un plano

honesto y eso suma en la vida de quien tenga la intención de recibirlo. Sin

darte cuenta, vas sembrando cosas buenas y eso el Universo lo bendice.

Y quiero hacer énfasis aquí, está bueno que te aceptes y te apruebes a ti

misma, pero ojo, no, desde el narcisismo, egolatría, arrogancia, porque

sinceramente eso apunta más hacia la sombra y la oscuridad que hacía que te

agregue valor positivo. Más bien te invito a que te aceptes, te apruebes y

compartas tu experiencia de crecimiento, de descubriendo y de reconocimiento

propio, desde un lugar de luz, con consideración y respeto de los procesos de

cada quien. Insisto, se respetuosa con el proceso de cada quien. Evita ser

invasiva y forzar el aprendizaje de otro. Cada quien sus tiempos. Y si ya te

paso y fuiste invasiva, interferiste de alguna manera forzada en el aprendizaje o

despertar de otro, pues perdónate, era lo que tenis, era lo que sabias, y si

puedes tratar de remediarlo, si no, deja que fluya. Toma consciencia.

Ahora, vuelve a ti, visualízate en este proceso, reconociendo en ti que:

Soltaste definitivamente los caminos cortos que aliviaban el dolor, que fuiste,

quitaste la costra, hurgaste en la herida, la desinfectaste y esperaste viviendo

el proceso de su cicatrización y sanación. Y entiendes que claro que no fue

fácil, y claro que tuve recaídas, y claro que tomo un tiempo, y claro que

dudaste, y claro que me fallaste y te volviste a caer.

Reconoce la herida permanente y aprende a encontrarle la utilidad, llévala a la

luz y no a la oscuridad, solo así es útil para otros, así puedo servir y ayudar.

Supera la dependencia emocional, la culpa, el juicio y el pre juicio. A todo lo

vivido y a lo que más dolía encuéntrale un mejor lugar.

Define las áreas de ti que deseas atender, desarrollar, aprovechar,

experimentar, recordar y amar de tu vida. Esta oportunidad te hace trascender

a un lugar infinito de la existencia.

Sé que el tema de querer encontrar respuestas es lo primero que salta, pero

trata de darle suave al proceso, si van llegando bien, si no, no te tortures. Yo te

invito a que uses el indicador de la Tranquilidad.

Ahora en libertad de mí misma, escribo una historia limpia de apegos, llena de

amor propio y amor por los otros.

Mucha luz para desarrollarla en abundancia positiva y capacidad de crear.

Cuanto más te ames, menos amor necesitaras, porque necesitarlo es una

creencia de no merecimiento, es una creencia limitante; no construirás ni

sostendrás relaciones conflictivas. Solo vendrán a tu vida personas de luz, y

sabiduría, y si no fuera así, se marcharán rápidamente, de esa manera vas a

soltar más fácil.

Al no necesitar amor te expresaras siempre como deseas y seguirás tu corazón

todo el tiempo, ya que no tendrás miedo al rechazo, ni al juicio, ni a la carencia

o al abandono.

Sentirás que el mundo está dentro de ti y no tú dentro de él. Todo lo disfrutaras

en su justa medida. Has las cosas que te gustan sin comenzar por peros,

adapta la situación a ti (ejemplo, si quieres bajar de peso, pero de momento no

puedes pagar un gym y en ropa sport; entonces usa lo que tengas y sal a

caminar o correr con paciencia, paso a paso avanzando). Y otras actividades,

pero nada, absolutamente nada, te dará un placer mayor que cuando cierras

los ojos y sientes ese amor en tu corazón; ese amor que te ganaste tras años

de sanar y aceptar tus heridas, tras años de permanecer en silencio; tras años

de hacer lo que viniste a hacer a este mundo sin distraerte: experimentarte y

evolucionar.

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